domingo, 20 de octubre de 2013

Para festejar el día de las madres le estoy demostrando a mi difunta progenitora que puedo cambiar una llave de luz y dos tomacorrientes. Todo esto, sin depender de los favores masculinos. Me la imagino tal vez orgullosa o quizá agarrándose la cabeza con las dos manos diciendo "qué pedazo de pelotuda mi hija" .

En fin: al menos, madre, puedo encender la luz de mi pieza sin riesgos de electrocución.